Hace unos días, estuve pensando en qué ofrecerte durante estos días de parón obligatorio, o deseado, de la Semana Santa. Me encontré con varios hándicaps a la hora de hacerlo. El más importante: lo que te comentaba arriba, que voy a estar fuera y no podré estar demasiado atento a lo que me escriban por email, ni tendré hueco para videollamadas (estaré conduciendo por la península, con mi señora)…

Después de pensarlo,

Esto es lo que creo que te vendría bien tener a mano en estos días:

“Cómo despertarte a las 5 de la mañana aunque odies madrugar”


Un libro que escribí y publiqué en 2022, y que te enseña a hacer lo que secretamente quiere practicar todo el mundo, aunque pocos lo reconozcan…

…Madrugar.

Ya, no es el hábito más secsi del mundo.

Pero, si lo utilizas con sabiduría, puede darle la vuelta (para bien) a muchas áreas de tu vida que tengas, digamos, paradillas, ahora mismo.

Sé que funciona por varias razones.

1) Yo mismo lo hago, y empezar a hacerlo fue, seguramente, la causa principal de que “metiera el turbo” hace unos años, siendo asalariado, y me colocara en la posición de “tío, no sé cómo haces tantas cosas” en la que para muchos vivo ahora.

2) Porque madrugar, y especialmente el tema de despertarse a las 5AM, recibe mucho odio, h4te, burla, o como lo quieras llamar, en redes sociales.

¿Qué tiene que ver esto?

Fácil.

He descubierto algo:

“Todas las prácticas que se atacan duramente, son aquellas cuyos atacantes saben que deberían estar integrando, pero no son capaces de hacerlo”


Qué significa esto:

Que, normalmente, la gente detiene su mundo para atacar aquello que es más fácil de combatir, que de experimentar.

Es decir:

Es más sencillo decir que despertarse a las 5AM es de frikis/workaholics/obsesionados/sinvidas, que analizar tu día, reconocer que estás tirando tu tiempo (que es tu vida) en chorradas, dejarte de excusas (niños, cansancio, conciliación…), ponerte una alarma 2-3 horas antes de lo que acostumbras, acostarte, esperar a que suene, pararla sin posponerla, levantarte de la cama y…

…disponer del tiempo que siempre dices no tener, y aprovecharlo para lo que te de la gana a ti.

No tiene por qué ser trabajar.

Puedes madrugar y leer.

O escribir.

O meditar.

O hacer deporte.

O ir a pasear por la calle, con música puesta o sin ella, pensando en tus cosas y organizando tu día mentalmente, mientras te da el viento de la mañana en la cara y te quitas la caraja de la noche a tu ritmo; sin que nadie te hable, te pida atención o necesite que decidas sobre algo.

Descubrí este “tiempo sagrado” y me jodí para siempre.

Ahora madrugo incluso en vacaciones.

Me gusta más madrugar cuando no tengo por qué hacerlo, de hecho.

No por el madrugar en sí mismo; sino por lo que hago cuando madrugo.

(Esto depende de cada uno, pero en mi libro te doy unas ideas de hábitos en los que trabajar a primera hora del día)

Prueba a leer lo que he escrito antes de decir que no vale la pena.

Si no es para ti, deséchalo.

Si te sirve, cultívalo.

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