Algo que he descubierto después de haber trabajado con +100 emprendedores y ejecutivos como su coach personal:

La mayoría de la gente está persiguiendo “cosas” que no les interesan en absoluto.

Y no avanzan por la sencilla razón de haber elegido la zanahoria equivocada en la que centrarse.


He conocido artistas persiguiendo dinero cuando deberían estar centrados en desarrollar su arte.

Sé de mucha gente cuyo única obsesión es el dinero, pero se obligan a ponerse otras metas porque alguien les dijo en su momento que la ambición personal es mala para el mundo, para el colectivo.

Otros desean con toda su alma ser libres y explorar, pero creen equivocadamente que lo que deberían hacer para sentirse sastisfechos es seguir formándose en esa nueva tecnología, o en esa disciplina que no les dice nada.


El primer paso para invertir la triste situación de estar persiguiendo metas que no van contigo es descubrir cuáles sí que están alineadas con lo que tú eres.

Cuando logras esta claridad y te das permiso para ir a por lo que realmente quieres, todo parece “desatascarse”.

Todo empieza a fluir.

Pero reconozco que lograr por tu cuenta esto no siempre es fácil.

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