Esta noche sobre las 20:00, pasaré por una pizzería que está cerca de casa, que los miércoles hace una oferta de “pizza mediana en local o recoger, de dos ingredientes, por 4.10€", compraré dos unidades, volveré a mi piso, y veré con Sara la grabación del reality estrella de Telecinco en estas fechas:

“La isla de las Tentaciones”.


Puede que decepcione a alguno con esto, pero no me pierdo ni un solo capítulo.

Me encanta.

Estoy seguro de que puedes aprender más sobre las leyes de la naturaleza humana en una sesión de 90 minutos de ver, concentrado y atento a lo que está pasando, “La Isla”, que lo que seguramente aprenderías en 8 años de Grado+Máster+CursosVarios de la grandísima mayoría de carreras que encuentras en una universidad.


Un rato en presencia de esos viceversos con aspiraciones célibes puede darte suficiente conocimiento vital como para escribir “Las 48 Leyes del Poder II” y que te sobren 20-30 leyes extra para publicar la tercera parte.


Alguna vez he pensado en sacar una libreta para tomar notas mientras veo el programa, y no lo digo en coña.

Lo que hacen esos jóvenes (yo con 35 ya los veo fuera de mi universo) delante de esas cámaras, lo que se dicen por las esquinas, cuando creen que nadie les escucha, las excusas que se cuentan a ellos mismos después de cometer el que, para algunos, es el mayor error de su tierna post-adolescencia, los mensajes de apoyo entre infieles…

Pura poesía para quien sepa apreciarla.


He aprendido varias lecciones importantes viéndolos.

(Creo que esta es la tercera temporada que no me salto y que veo entera)

Esta es una:

Nadie quiere asumir la responsabilidad de lo que han hecho; todos son inocentes.


La que se le subió encima a otro en el jacuzzi, mientras se apartaba hacia un lado con un dedo la braga del bikini, dice que la culpa es del novio porque él se dejó dar un masaje “subido de tono” por una tentadora de la casa de al lado.

Pero ese novio dice que lo del masaje viene por algo que ocurrió mucho antes, a lo que nadie le está dando la importancia que merece y que a él no le gustó nada, que tiene que ver con el comportamiento de la susodicha con “un tío que había sido tronista y que le escribió por privado en Insta” y que sólo él sabe y que hasta ahora había perdonado…

…Aunque la chica del inicio, novia de este, pero “jacuzzera” del otro, defiende que todo eso son celos de él, porque es un posesivo, y un machista, y una vez le metió ficha a una de sus amigas en una discoteca y ella se lo dijo y la cree al 100%.


Resumen:

Allí todos f*llan, pero nadie se la saca queriendo.


Hay gente que piensa que estas personas de la tele son “casos aislados”, que los eligen siguiendo un minucioso proceso de detección de “cafres profesionales que den vidilla al programa”.

Yo cada vez estoy menos convencido de esto.


Elige a 4 personas de tu entorno al azar, las que quieras, y pregúntales por qué creen que no están viviendo la vida que quieren vivir.

Pídeles que te cuenten cuál es la causa de que tengan que conformarse con mucho menos de lo que, en inicio, querían.


Te dirán que es porque tuvieron hijos y que con hijos todo es más difícil, o que sus padres les hicieron estudiar aquello que no querían cuando ellos en realidad querían hacer otra cosa, o porque el Estado está dirigido por seres viles de pensamiento de izquierdas/derecha que quieren acaban con cualquier iniciativa que tenga alguien con mentalidad de derecha/izquierdas, o que las cuotas de autónomo son muy altas y en otros países no son así, o que en un libro leyó una vez que su generación estaba perdida y ya pues tiró la toalla, o que los empresarios solo quieren explotar al trabajador, o que el trabajador solo quiere robar al empresario…


No hay cámaras, ni piscinas, pero aquí fuera pasa lo mismo que lo que pasa en aquel plató del Caribe.

“Lo que me ocurre, es culpa de otro”


Vengo a traer un mensaje de esperanza para quien quiera llevárselo:

Tienes más poder de decisión del que crees tener…

…Pero para ejercerlo, primero tienes que aceptarlo.

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