Creo que siempre he estado un poco obsesionado con la libertad.

La peli “Braveheart” me voló la cabeza cuando la vi, siendo pequeño.

Especialmente una de las escenas iniciales:

La de la mujer del prota, un poste de madera y un oficial inglés.

No sé si aquella película me metió la idea de la libertad, la independencia y la autonomía en la cabeza, o es que según crecía me fui dando cuenta de que eso de “ir por libre” era lo que me molaba.

Nunca he sido muy hippie.

Con 18 años me alisté en Infantería de Marina como soldado, que es justamente lo contrario.

Pero me he dado cuenta de esto:

“Lo que siempre he querido, ha sido ser libre”


Por eso, primero fui soldado y conseguí ser independiente.

(Tuve piso propio antes que carné de conducir)

Luego, empecé a meter el dinero que ganaba en un fondo, para que se multiplicara y así sentirme más “dueño de mi destino"

Después, salí del cuartel para ser civil, y me di cuenta de que en ventas podía ganar más dinero y hacer que el colchón, y mi tranquilidad, y mis posibilidades para “escapar del sistema”, se multiplicaran.

Con el tiempo, emprendí.

El plan era el mismo:

Seguir alejándome de la norma, porque la norma tiende a surgir de la opresión, y la opresión es lo opuesto a la libertad.

Y aquí estoy ahora.

Dándome cuenta de que la libertad no se encuentra solamente al otro lado de tener dinero.

Facturar es mejor que no facturar.

Tener ahorros es mejor que no tenerlos.

Pero creo que la batalla en la que me estoy metiendo ahora tiene más que ver con cuánto tiempo consigo despejar en mi agenda, y qué hago con ese tiempo libre, más que con tratar hacer que la gráfica del Stripe siga subiendo para que sea digna de presumir de ella.

Sigo haciendo 1-1.

No sé si dejaré de hacerlos algún día, porque no soy muy fan del “no quiero intercambiar horas por dinero”.

De lo que sí soy fan es de trabajar de cerca, en modo persona-persona si tiene que ser, con quien yo quiero trabajar, con la gente con la que me apetece pasar tiempo.

Cuando tienes un negocio de coaching, o consultoría, o formación, o de mentoría, en el que solo tienes una oferta que se basa en que tú pases tiempo con tu cliente, en directo la mayoría de las veces, elegir con qué clientes trabajas no es una opción.

Porque en cuanto te pongas quisquilloso, todo empieza a caer.

Esto ya lo sabes.

Por eso no te han servido los consejos de malote del tipo “deja claro a tus clientes cómo trabajar contigo” y similares porque, aunque tengan razón y yo también crea que una relación saludable con un cliente se logra poniendo las cartas sobre la mesa, los dos sabemos que ponerte constantemente en situación todo-o-nada no lleva a ninguna parte.

Más claro:

Si solo vendes 1-1, solo puedes vender eso.

Y si alguien no cumple tus condiciones para ese 1-1, o bien sigues trabajando con esa persona y destruyes tu salud mental, o bien dejas de hacerlo y pierdes facturación recurrente.

Ojo que soy más de la opción de cortar esa relación.

Pero poca gente se da cuenta de esto:

Quien no vale para un 1-1, puede valer para un servicio en grupo.

O para leer tu libro.

O para comprarte un curso en vídeo que pusiste a la venta el mes pasado, y que no tiene demasiado soporte por tu parte.

La clave está en tener opciones.

Y ahí está la libertad.

(O eso creo ahora, dame unos cuantos días más y a lo mejor te cuento otra cosa)

La libertad no es meter dinero en una caja.

Ni emprender porque así no tienes jefe, ni emplearte porque así no tienes insomnio.

La libertad es poder decidir lo que quieres hacer sin poner constantemente tu vida, o tu negocio, entre la espada y la pared.

Opciones = Libertad

Escasez = Esclavitud

Hace una semana y algo, en un taller online que hice para los clientes de Mastery Leaders, al que asistió también una persona que pagó una entrada para ir de invitada, dije por qué después de crear un servicio 1-1 y llevarlo por encima del 50% de tu capacidad ya deberías ir pensando en crear una oferta en grupo.

No conté nada de lo de arriba.

Pero también es una razón.

¿Cómo de libre te suena que eres, por mucha lista de espera que tengas y que puedas sustituir a tus clientes en segundos si alguno se cae, si tu día se basa en saltar de reunión en reunión en Zoom?



En Mastery Leaders enseño a dueños de negocio que venden servicios, a transformar su método 1-1 a uno grupal, a crear su primera comunidad online, y a llevarla a 3.000€/mes en menos de 12 semanas.

Acepto pocos clientes por lo mismo de arriba:

Por no pasar el día metido en una reunión con alguien, y por darle el tiempo que quiero darle a cada uno de los proyectos que entran como mis clientes.

El día 6 de junio abro las puertas para 4 nuevos miembros.

Pero puedes entrar antes, si quieres, consiguiendo una invitación que te enviaré si te suscribes abajo a mi newsletter, y respondes al siguiente email diciendo “Libertad”.

Cuando vea tu email, te daré un enlace a un documento para que veas en qué consiste todo.

Si ves que no es lo tuyo, no te insisto y tan amigos.

Si ves que sí, entras ya y no tienes que esperar al 6 de junio para hacerlo, que será cuando haga público el lanzamiento y más gente estará atenta para entrar.

Responde “Libertad” y te cuento más.