No sé si lo sabes, pero desde siempre me han gustado las artes marciales.

He practicado de todo.

Pero, y estoy realmente jodido con esto, ahora mismo no estoy entrenando nada.

El porqué:

Me lesioné la muñeca hace 4 meses practicando jiu-jitsu brasileño, y aún no se me ha quitado.

Me duele constantemente.

De hecho, la mayoría de los días en los que paso horas y horas aquí sentado, trabajando, que son prácticamente todos salvo los sábados, sufro como un cabrón tratando de escribir a buen ritmo mientras intento que mano no se me desmonte.

No sé qué tengo y nadie lo sabe tampoco.

Pero algo me dice que es la típica lesión chorra, pero puñetera (tendinitis, túnel carpiano, o alguna de estas), porque me he lesionado otras veces y es como si dentro de mí ya supiera qué tengo, y porque otros luchadores también suelen tener lesiones parecidas en deportes de agarre.

Así que después de que nuestra querida Seguridad Social me diera cita para el traumatólogo para el día 12 de diciembre de este año (true story), decidí buscarme la vida por mi cuenta, obviamente.

Algo que estoy probando:

“Combat conditioning”


Si no sabes qué es, te diré que es una rutina muy rápida de ejercicios de calistenia (utilizando tu propio peso para hacer ejercicio físico), creada por un tal Matt Furey, un loco de los deportes de combate que muchos detestan, pero que a mí me cae bien, pensada para condicionar tu cuerpo para mejorar en disciplinas de combate.

Te pones más fuerte, ganas más “fondo”.

Se pueden hacer en casa, solo necesitas una esterilla de yoga de esas.

La base está en hacer 3 ejercicios muy sencillos cada día, y subir la intensidad poco a poco.

Tardo 15mins o menos.

Son estos:

Hindu squats, Hindu pushups y lo que llevamos toda la vida llamando “el puente”.

Curiosamente, el propio Furey dice que el más importante de los tres es justamente el tercero:

“El puente”


Y me llamó la atención porque nunca he imaginado este movimiento, en el que pones la espalda en el suelo y utilizando tus manos y pies como soportes, arqueas la espalda y te elevas creando una especie de U invertida con tu cuerpo, como ejercicio estrella de nada, y mucho menos en una rutina pensada para crear mejores luchadores.

Pero como este tío sabe más que yo de esto, pues estoy haciendo el puente cada día.

Tratando de aguantar poco más arriba cada vez que me pongo.

Llevaré una semana, o por ahí, con el tema, y aprovecho para hacerlo por la mañana, o en uno de los descansos del trabajo, así que siempre, o casi siempre, hago esto del “Combat conditioning” cuando no me ve nadie.

Pero ayer estaba Sara, así que aproveché para decirle:

“Échame una mano con el puente”


Hice la postura y le pedí que me ayudara a corregirla.

Me ayudó.

Cuando bajé, le pregunté:

“¿Qué crees que podría corregir para que me saliera mejor”


Me dijo:

“No sé mucho de esto, pero creo que si pegas los pies más al cuulo antes de subir, podrás hacerlo mejor”


Lo probé inmediatamente.

Y tenía razón.

Me elevé muy rápido, me notaba seguro y sentía como desde fuera ese “nuevo puente” tenía que verse mucho mejor que el anterior.

Mi cuerpo me lo decía.

Ella, viéndolo desde fuera, lo confirmó, claro.

La moraleja de esto:

“Para mejorar más rápido, necesitas un observador externo”


¿Cuánto tiempo me ha ahorrado Sara con una simple recomendación que yo no podría haberme dado a mí mismo porque no puedo verme desde fuera?

Sí, podría grabarme con el móvil y luego ver el vídeo.

Pero sé que hay una parte de “lo estoy haciendo bien” que siempre hace de filtro cuando te ves actuar, y que justamente es muchas veces la culpable de que no avances a la velocidad a la que te gustaría mejorar.

Un observador desapegado puede hacer maravillas ayudándote a producir ese resultado que quieres.

Por eso:

-  Los deportistas tienen entrenadores

- Los soldados tienen instructores

- Los emprendedores a los que admiras tienen mentores


Nadie que esté buscando la excelencia en lo que hace puede permitirse el lujo de ir por ahí a su aire, solo, sin feedback, ni ayuda.

¿Qué tiene que ver esto contigo y conmigo?

Pues que cuando entres en Masteryweeks, si consigues una de las plazas que abro de vez en cuando, tendrás a unas 25-30 personas (incluyéndome a mí) que verán desde fuera las “posturas” que estás probando para que tu emprendimiento, y tu vida en otras áreas, mejore.

Y te dirán qué ven ellos desde fuera.

Muchos de nosotros hablamos en directo, viéndonos las caras en videollamada me refiero, casi cada día.

He visto proyectos enteros desbloquearse por un simple comentario de otro compañero hecho en menos de 2 minutos.

(Casi siempre que utilizo la palabra “desbloqueo”, me refiero a que empieza a entrar dinero donde antes no entraba nada)


La cosa es esta:

Tienes que tener quién te mire.

Y si esa persona sabe de lo que está hablando, o ha pasado por el punto en el que tú estás ahora, pues mejor.

Sé que el grupo de emprendedores que hemos montado en Masteryweeks es de las mejores cosas que tiene el programa.

No es la comunidad más grande, pero te aseguro que he visto muy pocas tan cohesionadas, tan unidas, como esta.

(Creo que es porque todos utilizamos el mismo método de productividad, que lo aprendes al entrar, así que todos remamos al mismo ritmo, y eso es difícil de conseguir cuando cada uno va a su aire y simplemente se conecta al grupo para “charlar” un rato. Aquí todo el mundo tiene sus objetivos claros, sabe en qué debe estar trabajando este trimestre, y, es más, se ha comprometido con el grupo a conseguir ciertos hitos cada semana)


Puede que dejar tu email abajo sea el primer paso para que se de el cambio que llevas tiempo buscando.

Pero primero tienes que hacerlo.