Ayer se cerraron el tiempo récord las plazas que abrí para “El Descubrimiento”.

Así que vamos con otra cosa:

Quiero pedirte ayuda con algo.

Pero primero, una historia.

Esta newsletter la abrí en septiembre de 2021, cuando todavía era un ejecutivito con aires de grandeza, pero ya tenía medio-claro que quería largarme a buscarme la vida por mi cuenta. Así que monté esto, o la primera versión de esto, la 1.0, y empecé a escribir blogs diarios (siempre he enviado diarios, nunca semanales, o mensuales, ni otra cosa) y en cada uno de ellos enviaba un ejercicio de “desarrollo personal” gratis. Estuvo bien, a la peña le molaba, unas cuantas personas la disfrutaban y tenía muchas respuestas a los ejercicios. Vendía poco porque, aunque esto lo aprendería mucho después, si te pasas regalando, luego la gente no te compra. Es un rollo tipo “malcriar a los niños”, o algo así. Ahora sé, como deberías saber tú también si tienes un negocio, que creo que sí, que si quieres que tu gente aproveche de verdad lo que estás haciendo por ellos, tienes que vendérselo. No vale con regalárselo, porque, por norma general los gratuito no se valora y, por lo tanto, no se aplica. Si gastas pasta, metes tiempo. Si no, no.

Estuve con esa lista unos 300 días seguidos.

Luego paré un poco, me di unos 15 días “libres”.

Después volví.

Y después lo volví a dejar por mucho más tiempo.

Casi la olvidé.

Así hasta hace 2 meses, o por ahí, que volví a darle caña a esto de nuevo, vuelvo a ser feliz escribiendo, estoy recuperando mi tono, sigo reduciendo el tiempo que dedico a cada blog…

En fin, que estoy satisfecho.

Pero te cuento la razón real por la que sé que dejé mi newsletter aquella vez:

Porque no lograba meter gente.

Había personas enganchadísimas con lo que escribía, adictas nivel escribirme comentarios por ahí que me ponían al nivel de los grandes, pero yo no lograba hacer que esto creciera. Y como lo normal es que con cada envío bajen los suscriptores porque alguien se ofende, aburre, cansa, agobia, pues la cosa estaba en caída constante.

Llegué a 300 y algo.

Ahora estoy por 520.

Y sigo teniendo el mismo problema de siempre:

No sé qué hacer para conseguir que otras personas, emprendedores o no, a los que mi mensaje pueda servirles, se enteren de que esto existe, de que de lo que aquí se habla tiene cierto valor, y que si encima tienes cuatro duros igual puedes comprar algo que te ayuda a ser más eficaz consiguiendo lo que te propones (esta mañana estuve valorando el concepto “productividad personal radical” para asociarlo a mi marca, pero creo que ni yo mismo sé aún en qué “nicho” estoy metido, y sé perfectamente que eso puede ser gran parte del problema).

Quiero que salves a mi bebé.

Quiero que me eches una mano a dar a conocer lo que estoy haciendo, si lo ves valioso, entretenido, gracioso, o lo que pienses sobre esto (que imagino que algo pensarás si sigues aquí y aún no te has marchado después de tragarte varios de mis tochos), para que otras personas puedan saber que esto existe, que yo pueda seguir escribiendo, tú leyendo y alguien más aprendiendo algo nuevo.

Para hacerlo, es fácil:

Abajo voy a poner un enlace, como siempre, pero esta vez es el enlace que lleva a la página de suscripción de esta newsletter.

Si te enrollas, copia ese enlace y envíalo directamente a la persona que quieres.

O pégalo por ahí.

O reenvía este blog de SOS que te lanzo directamente a otra persona.

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Gracias.