Soy uno de esos pobres niños sin bautizar que vagarán para siempre en el Limbo cuando cruza al “otro lado”.

Saber esto no produce una sensación especialmente cómoda.


En un par de ocasiones durante mi vida adulta, una de ellas fue hace no demasiado tiempo, me preguntó:

"Tío,

¿Y si tratas de evitar el fuego eterno pasando por el aro y bautizándote,

Como hace la gente de bien?"


Pero, por una cosa u otra, siempre termino quedándome en mi estado actual de herejía:

Sin carne de adepto, sin bautizar.


La verdad es que no me da nada de miedo lo que le pase a mi alma cuando llegue el día en el que tenga que morirme.

No por chulería,

sino porque estoy seguro de que Dios, el Universo, la Inteligencia Suprema, o quien haya creado lo de Acá y lo de Allá, no se entretiene haciendo sufrir a gente ad eternum por haber saltado el ritual del bautizo cristiano.

Así que voy a atreverme a decir esto:

Cuando he pensado en bautizarme, lo he hecho libremente, como adulto medianamente racional, y por decisión propia.


Sin embargo,

Sigo hereje.

(Hereje = 0% de bautizo, ni equivalente)


Esto fue, tal y como lo recuerdo yo, lo que ocurrió la última vez que intenté “aceptar formalmente a Cristo en mi vida”:


1. Fui a una parroquia que me quedaba cerca de casa (conveniencia espiritual, y tal) y que tenía cierta relación con mi familia

2. Le preguntó al cura de allí qué tenía que hacer para bautizarme, siendo ya un peludo de 30 y pico años

3. El cura me dijo que no había un proceso establecido en ese momento , pero que podía presentarme a otros Sacerdotes que respondieran mis dudas (esto me encantó) y unirme a un grupo de reflexión semanal formado por adultos creyentes

4. Le dije que OK, me quedé con la fecha de la siguiente reunión , y me llevé un libro sobre Teología básica que terminé devorando porque me gustó mucho


. Así empezó todo.

Y todo terminó no demasiado después.


Compré varios libros (y los leí todos) sobre Cristianismo, fui a unas cuantas de esas reuniones semanales, me apunté, voluntariamente, a un curso de profundización en la facultad de Teología de aquí, tuve conversaciones interesantísimas con varios clérigos que me presentaron, y Pasé varios meses consumiendo todo el contenido católico que pude para resolver dudas y fabricar mi propio proceso de conversión, porque la Iglesia, en ese momento y en ese contexto, no tenía.


Cuando preguntaba por fechas para mi “ceremonia”, nadie sabía nada.

Pasaba y pasaba el tiempo,

Y yo curraba y curraba para “ponerme al día”,

Pero nada parecía moverse hacia adelante.


De hecho,

Varias veces sentí que me pasaban de mano en mano, como cuando los departamentos de una empresa se rebotan un correo incendiario en interno, buscando al iluso que finalmente se comerá el marrón, porque nadie quiere comer el marrón de responderle al cliente.


Resultado:

Muy nutritivo para el alma todo, pero bautizarme, lo que se dice bautizarme, pues no me he bautizado.

Y no estoy seguro de que lo termine haciendo.


¡Y no porque no haya querido, 

OJO,

Ni tampoco por las personas con las que me topé, 

(Que de verdad sé que querían, de corazón, ayudarme)

Sino porque nadie me explicó como hacerlo!


¡Porque los pasos que tenían que se dieron cuenta no estaban claros!

Todos sabíamos cuál era el estado inicial (no bautizado) y el deseado (bautizado),

pero nadie sabía cuál era el sistema que nos llevaría allí.


Conclusión:

Como se ve que, hoy por hoy, soy más humano que místico,

Al final, me aburrí y decidí olvidar el tema.


Esto que me pasó a mí en esta aventura espiritual te pasa a ti cada día.

En tu vida diaria y en tu negocio.


¿Cuántas veces has tenido unas ganas locas de resolver un problema, que terminas abandonando porque no tienes claro cuáles son los pasos que tienes que dar para llegar allí?

Me imagino que miles, como a todos.


Y es normal,

porque, si quieres conseguir algo, lo que sea, no solo tienes que pensar en el objetivo (que es el paso número 1, el bautizo en mi caso), sino que también tienes que encontrar un método, un proceso, un sistema que te ayudará a llegar allí.

Esto es vital para tener éxito en cualquier cosa.


Y por eso añadió en Masteryweeks un proceso de avance superclaro, superfácil y superseguible, que hace que los miembros sepan exactamente en qué punto están con respecto a donde quieren estar.

Si lo sigues tal cual, llegas.

Si quieres leer más sobre este tema, suscríbete gratis en el formulario de abajo y te enviaré contenido como este directamente a tu correo electrónico.