Hoy tengo exactamente 0 reuniones.
Maravilloso.
Así que, lo más probable, aunque sé que en algún momento del día alguien tratará de sacarme de mi jornada de paz mental, es que me pegue el día trabajando tranquilito, a un ritmo calmado, resolviendo cosillas que están pendientes (siempre hay) y poco más.
A mediodía haré el almuerzo para mí y para mi señora.
Todo un hombre del siglo XXI.
Comeré.
Y por la tarde, ya veré qué hago:
Si tengo algo de trabajo que me apetezca hacer, por adelantar, porque creo que todo me lo quitaré esta mañana, me pondré con eso, despacito y con música de fondo.
(Ahora estoy escuchando una versión “lofi” de la BSO de Skyrim, mientras escribo)
Y si no, pues leeré un ratillo.
Descansaré.
Y ya está.
Mañana sube un poquillo el ritmo porque ya vuelvo a tener sesiones 1-1 y esas cosas.
Pero hoy…
Hoy es otra cosa.
Pronto abriré puertas para Mastery Leaders, y puede que una de las tareas suaves que me asigne a mí mismo hoy sea decidir el número de plazas que voy a lanzar.
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Salud.
