Atento ahora porque te voy a revelar lo que prometo en el titulo del blog:

"Cómo pisotear y humillar a tu competencia sin que el Karma te destruya"


No sé si crees en el Karma,

En esa ley de causa-efecto de la que hablan, especialmente, algunas tradiciones espirituales orientales, y que se podría resumir diciendo que es “algo” que castiga con desgracias equivalentes a las personas que hacen el mal, y que premia a quienes hacen el bien,

Pero lo que es cierto es que una parte gigantesca de la humanidad, hoy por hoy, piensan que esta fuerza metafísica actúa, de una u otra forma en sus vidas.


Quienes creen en el Karma, tratan de llevar una vida acorde a su creencia, por razones obvias.


El problema del mundo de los negocios del que nadie parece hablar es que muchas de las prácticas, técnicas, actividades y estrategias que nos vemos obligados a utilizar quienes tenemos un proyecto, vulneran de manera directa la ley kármica.

La atacan de frente.

Esto significa que si haces lo que se supone que tienes que hacer para que tu empresa crezca, en algún punto, o en varios puntos, o incluso cada día si me apuras, te pasas por el forro esto del Karma y sus amenazas cósmicas.


Ni siquiera estoy hablando de prácticas ilegales aquí, ojo.

Sino de prácticas legítimas, pero duras, que tenemos que aplicar contra otros para poder conseguir una ventaja que nos posicione por delante en esta competición entre fundadores.


Y claro, saltarte las reglas que el Universo ha formulado, puede volverse en tu contra.

Y destruirte por completo.

Y no es eso lo que queremos.


Lo que queremos es, como recordatorio:

Que nuestros negocios crezcan, ganar cada vez más dinero, sentirnos cada día más libres y poder darle a nuestras familias el mejor presente y el mejor futuro que seamos capaces de darles.

Eso es.

Eso es lo que queremos.


La pregunta es obvia en este punto: 

"¿Cómo consigo destruir a mi competencia para siempre, aplastarla como gusanos, humillarla hasta un punto en el que estén deseando cerrar sus empresas para apuntarse a estudiar una oposición…

…Sin que Dios, Shiva, Zeus o el Karma acaben conmigo?"


La respuesta, es esta:

Olvidándote del resto de competidores, haciendo como si no existieran, y centrándote única y exclusivamente en mejorar tú, en arrasar tú, en dominarlo todo tú.


Cuando hablo de dominación, no hablo de someter a nadie.

De lo que hablo, es de que la única salida que te queda si quieres construir algo digno de aplausos, premios y condecoraciones, sin abusar directamente de nadie, es obsesionarte con darlo todo, dar todo lo que tienes durante cada segundo del día, durante cada día de la semana, durante cada mes del año.


Kobe Bryant no era temido por el resto de jugadores de la NBA porque fuera a sus casas por las tardes a pinchar sus balones para que no pudieran practicar sus tiros a canasta.

Todos le tenian miedo porque el hijo de pta tenía un foco y una obsesión tal, que se despertaba para entrenar cada día, sin saltarse uno solo, prácticamente a la hora a la que el resto de jugadores se acostaban.


Este es un ejemplo que me ha venido a la cabeza ahora, pero los hay a miles.

Quienes dominan sus industrias, lo hacen por lo que hacen ellos, no por lo que impiden que hagan los otros.


Así que todo podría sintetizarse por que aprendas a gobernarte tú mismo, a exprimir el talento que has recibido y a echarle las horas que tengas que echarle para llegar a la meta que te hayas marcado.

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