Es imposible que mantengas la motivación si no sabes a donde estás yendo.
Ese podría ser el titular y el resumen de lo que quiero contarte en el post.
La historia:
No sé por qué tengo esta idea dándome vueltas por la cabeza en los últimos días, pero me ha perseguido constantemente desde hace 1.5-2 semanas, o por ahí. Me imagino que tendrá que ver con la gente que conozco, que me hablan casi siempre de lo mismo (cuando la conversación es profesional, claro). Lo que más escucho es: “no estoy motivado”, “pierdo la energía”, “se me acaba el interés”… Hay otros problemas que también aparecen en la vida de la gente que “llega a mí”, pero se ve que lo de la motivación está pegando fuerte ahora…
La idea principal, por si te sirve:
Si no tienes tus objetivos claros, si no sabes qué quieres, no solo es que no puedas llegar…
…es que, lo más probable, es que te sientas regular tirando a “como una mi*erda”.
Y es normal.
¿Por qué lo dejan la mayoría de los emprendedores, por ejemplo?
No es por falta de dinero.
(En mi opinión)
Es por falta de certidumbre, de saber qué viene después.
Yo he estado varias veces en estos 2.5 años sin un maldito euro en la cuenta (ni en la del negocio, ni en la mía personal), y sé que no lo he dejado porque sabía que después de ese momento de 0€, vendría otro de XXXXX€. No es que confiara en mis capacidades (que también), sino que tenía la certeza de que ese dinero, de una u otra manera, aparecería.
Y apareció.
No por magia, pero vino.
La cosa es que una de las razones por las que llegó (el dinero) es porque sabía, igual que sé ahora, exactamente, qué quiero conseguir, cuánto dinero quiero facturar, cómo quiero que sea mi familia, y, atento a esta: cómo quiero ser yo.
Sé todo eso.
Y todo eso me hace caminar.
Porque, al final, no es cuestión de estar motivado o no estarlo.
Si te pones música, saltas, bailas y gritas por la ventana “soy el p*to amo”, consigues motivación inmediata.
Pero lo que buscas se llama:
…Claridad.
Hay muchas maneras de conseguirla, pero todas, absolutamente todas, requiere que hagas algo que poca gente quiere hacer:
Pensar.
Lo que yo he hecho es procedimentar ese “proceso de pensamiento”, que te lleva a decidir ciertos temas sobre los que NO quieres pensar porque te dan miedo, vértigo o ansiedad (ej: cómo quiero que sea mi vida en 10 años), y ofrecértelo en forma de programa de 30 días al que llamo Masteryweeks.
Si vienes, lo pasarás bien.
Pero no vengas si no tienes ganas de enfrentarte a esas decisiones que llevas tiempo metiendo bajo la alfombra.
En el momento de enviar esto, quedan 3 plazas para la nueva promoción de Masteryweeks, que arranca el martes 23 de abril.
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