Algo que leí en Linkedin que me dejó pensando:

“Julio y agosto son los meses en los que más empresas cierran”


No tengo la fuente, no consulté datos oficiales y seguramente la cita no sea al 100% como la acabo de escribir.

Pero no me extrañaría nada que fuera cierto.

Según el autor del post, esto suele pasar porque el dueño no gestiona bien el flujo de caja, en estos meses vende menos, y termina yéndose al carajo.

Tiene sentido.

Lo único que no me gusta, es que recuerdo que la solución que él proponía era que el empresario "tuviera cuidado con lo que se pagara a sí mismo".

Vamos, que regulara a la baja lo que saca de la caja para meterla en su bolsillo.

También tiene sentido.

Matemáticamente hablando, digo.

Pero crea un esquema mental en el que yo, en mi caso, no quiero estar:

Planificar para el fracaso.

No se tú qué opinas, pero yo no he dejado la “seguridad” de un empleo, ni me he esforzado como nunca lo había hecho antes, ni he sacrificado horas y horas de poder hacer otras cosas que me apetecían más que trabajar, para que, después de dejarme la piel en esto, la estrategia de supervivencia de mi negocio consista en que yo cobre poco.

Sé por dónde va la recomendación de ese señor, y la respeto.

Hay gente dándose auténticas hostias por no tomarse en serio la distribución de gastos.

Pero tío, yo quiero pagarme mucho.

Me lo merezco.

Me lo merezco no "por el mero hecho de existir", sino por lo que te conté en el párrafo de arriba, y por lo que he ido haciendo, y tú has leído que he hecho, a lo largo del tiempo.

No quiero ser un empresario pobre.

No quiero vivir constantemente apretado, jodido y acojonado por si dentro de dos meses no puedo asumir los costes y tengo que volver a no pagarme para que la maquina siga.

Yo también he estado meses sin ver un duro de mi trabajo.

Pero ahora apunto a pagarme todo lo que pueda.

No pienso:

“¿Cómo puedo cobrar menos para dejar de ser una amenaza para mi negocio?”


("Una amenaza para mi negocio", flipa con las connotaciones que tiene esto)


Sino:

“¿Qué puedo hacer para poder pagarme aún más este mes?”


Hay un porcentaje sagrado, bastante alto, que siempre me pago con respecto a los ingresos del mes en curso.

Nuestra misión como empresarios no es tomar nuestra compensación como un coste y tratar de reducirlo al máximo para "ser eficientes".

Sino idear el mejor sistema posible, con el que logremos enriquecernos todo lo que nuestra habilidad y nuestra inteligencia nos permitan.

Y eso no se consigue capando nuestros ingresos personales.

Para nada.

Se logra ingresando siempre, o todas las veces que podamos, muy por encima de nuestras necesidades, para poder darnos una parte justa y equivalente a la energía que inyectamos en nuestros proyectos.

Si vendes mucho, puedes pagarte mucho.

Si siempre vas justo, habrá meses en los que no te pagues, o no lo suficiente.

Y cuando llegue verano, y los temidos julio y agosto, terminarás tirando la toalla porque "esto no hay Dios que lo aguante".

Y cierras.

Pero ni tú ni yo queremos eso.

La solución:

Vender más.

Más, mucho mas, como tratando de tumbar los servidores de Stripe.

Relajarte con los costes también, sí; está claro.

Pero nadie ha conseguido una cuenta de banco envidiable a base de vender poquito y ahorrar al máximo.

Ese carisma que desprenden los empresarios que van sobrados, no les viene por apretar cada vez más lo que se pagan.

Sino porque nadan en la abundancia que han creado para ellos mismos, sus familias, su entorno y su futuro.

Y eso se consigue vendiendo.

Facturando.

No recortando.

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